lunes, 1 de noviembre de 2010

PÁJAROS



El amigo de los pájaros respiraba débilmente.
Con ojos turbios por la desesperanza
miraba al horizonte inexistente
ya ajado por la desilusión.

Agotado por el sentir que precede a la muerte
revolvía en sueños viejos y perdidos.

Sus manos que conocieron tiempos mejores
ya olvidaron el calor de las caricias no conocidas,
olvidaron el rasgueo en las cuerdas de su bandurria.

Allí cerca estaba ella...
Cruel agujero negro que destruye hasta la nada.
Mantis religiosa que acabó su existencia
haciéndole olvidar la sonrisa,
la dulzura del amanecer temprano.
Marchitando todo lo bello que en él crecía
abriendo cada día  una nueva herida.

Ya eran demasiados años...

Y deseo haberse podido mover
y disfrutar su último aliento junto a su secreto,
aquel perdido nido de jilguero descubierto.

El amigo de los pájaros,
que siempre envidió sus alas...

Por última vez los oyó trinar
en la parte de su mente en la que todo estaba fresco.
Se vio danzar de nuevo para hechizar mochuelos,
baratos y bellos regalos para hijos agridulces.
Quiso poder arrullar el gato negro que rondaba su cama.

Entre deseo y deseo
cerró los ojos y se fue apagando.
Por fin plácidamente se extinguió su dolor
y con él,
la amarga vida recorrida junto a ella
dejando sentimientos encontrados...
en aquellos muchos que le amaban...
en aquella sola que le odiaba.

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