martes, 2 de noviembre de 2010

ZODIACO



Cipreses como cirios negros apagados
recortados en la noche por la Luna
desprenden la esencia de la calma.
Escucho una voz suave y cálida,
es la tierra mojada
que clama por tu alma.

Mis manos frías acaricican la piedra
que contendrá mi amor eterno.
Palabras vanas...tú te marchas.
Allí está ella esperando por ti,
siempre impaciente la Parca.
Alza su mano y me sonríe
aunque tu aún estás aquí,
a mi lado.
Pero ya eres algo tan etéreo...
tan incontenible como el agua clara.
Te alejas como falsas esperanzas.

Reclama el sacrificio de tu cuerpo
la bestia que te come las entrañas.
Has luchado estoicamente
pero ella siempre irónica
anhela su suicidio con tu muerte.
Constelación del zodiaco que quiso habitarte
se burla de nosotros en la cara,
y en su locura,
solo alcanza a dejar nada.

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